lunes, 29 de octubre de 2012



Tu voz en almoneda,
                           yo la quiero.
porque resquebraja todas las canciones,
y sin faltarle el respeto
al silencio,
se deja caer por las emisoras
de nuestros pobres bolsillos...
Tu voz, a veinte mil
calles de mi voz, yo la quiero,
tu voz desbordante
de cafeína y aves rojas...
Invítame a un bluesecito,
que tu voz en almoneda,
                                yo la quiero.

viernes, 26 de octubre de 2012

(Basado en novela: Todos los nombres -  José Saramago)





Don José no podía creerlo, allí estaba ella, la mujer desconocida preparándole el desayuno, ¿Con o sin azúcar? preguntó ella. Don José, atónito aún, no respondió, se restregó los ojos, era imposible, totalmente imposible, pasmado de impresión se sumió en un austero silencio.
Por favor, no me mires así, te lo explicaré luego, le dijo. Al ver que don José no reaccionaba se acercó, se puso de rodillas y se lo explicó cual padre tiene que  revelar algún secreto a su hijo.
Fue un soborno, le dijo luego de una larga pausa, ya sabes, los escritores de hoy están dispuestos
a todo con tal de conseguir una historia...


domingo, 7 de octubre de 2012

Impublicable XIV.


Al llegar a lo más profundo,
y respirar el
agrio dulzor de tus entrañas,
quién podría
hospedar alguna mentira
en una lengua tan torpe
y a éstas alturas,
de la madrugá,
Le cedo el paso a la confidencia,
y declaro,
ante la inmensa soledad
que está al frente,
con ésta rabia con olor a vino,
y con éste amor,
encerrado
en ésta botella,
polarizada
por varias
indirectas errantes...
'qué más da,
qué puede importar
una derrota a los veinte y algo,
qué es una pena,
para un cabernet sauvignon,
que no sabe
lo que es esperar
en una copa,
unos labios
que no llegan'.

sábado, 6 de octubre de 2012

Impublicable XIII

"Llamémosle soledad o cursilería, después de las una de la madrugada, la soledad se parece mucho a la ridiculez" - Archivos madrugá (14-07-12)


Y sin embargo,
¿qué es lo que tu silencio otorga?,
¿un estallido de temores?,
no lo creo,
ya sabes,
aunque me arriesgo,
a subirme sin tí y sín mí,
al  ermitaño abismo...
Tu silencio,
debería otorgarme
una respuesta,
o tal vez una interrogante,
de otros matices,
tu silencio, señor, tu silencio,
se parece mucho
a la soledad,
una aproximación
a la muerte,
como una caminata
larga y tendida
por la vía férrea
que surcan tus ojos...
mas, ¿Qué será lo que otorga tu silencio?
tu silencio que acompaña,
mis afonías,
tu silencio tan finamente selecto,
no sabes, señor,
cómo imagino,
cómo invento,
palabras para completar
tu silencio..
y puede que sea sólo un silencio,
tan analfabeto,
qué no sabe por dónde
empezar a caminar,
solamente interceptado,
por cordiales saludos,
dos veces por semana,
todas las semanas,
y toda la vida.

Con tinta blues...


"Y la Cuculí se ríe, y la ventana se agita, cuando por esa vereda tu fina estampa pasea"
Fina estampa - Chabuca Granda.



Un hombre que adorne la avenida,
no necesita tener las manos llenas,
necesita, de vez en cuando,
descarrilarse de las buenas costumbres,
y del olvido,
hablar más de la cuenta,
preguntar lo que no se debe,
pecar de intruso...
Un hombre que adorne la avenida,
no necesita, andar buscando pretextos
para sonreír,
ni explicar porqué hace escala
en la neblina,
basta con que agriete el aire,
con su mirada austral,
no le hacen falta los aplausos del Olimpo
al caminar,
necesita, dejar sin cuidado,
sus huellas en algún vértice,
o llenar de primaveras las esquinas..
Un hombre que adorne la avenida,
no ha de saber todas las palabras,
ni todas las respuestas,
ni tener las manos tan limpias,
ni ser tan puntual,
ni tan encuadrado
en los retratos de su sombra,
necesita, de vez en cuando,
experimentar algún naufragio,
derrumbarse,
y esperar la noche,
sin sacar cuentas,
ni lamentar reproches,
necesita desafinar
en las rimas asonantes...
Un hombre que adorne la avenida,
ya real, o ya inventada.
no requiere tener siempre
los pies en la tierra,
ni el grito en el cielo,
ni opacar los excesos,
ni ir al pie de la letra..
Basta sólo, que ese hombre
que adorna la avenida,
así, de puras ganas,
de asestar un golpe al día a día,
se pasee, lento y silente,
por ésta intransitable vereda.

Impublicable XII


Dentro de un pre amor,
siempre hay basura cósmica
desintegrable a plazo fijo,
mensajes, llamadas,
andanzas, caminatas,
rojos atardeceres,
cantos bajo balcones,
declamaciones de augurios,
buenas famas,
zapatos lustrados ,
plegarias solitarias,
risas desvanecidas,
pero el plazo,
un día se cumple,
y la telaraña,
se muda de los ojos al rostro,
y la basura estorba,
y el cosmos, que era tan inmenso,
se puede guardar,
incluso en la pecera,
verdeazul de las glorias
rezagadas,
Pero yo te amo, dices,
pero yo te amo, digo,
entonces,
cuando la soledad aprieta,
en los albores de la vejez,
echamos mano,
a la basura cósmica,
vuelta del vacío
de la rutina,
y la telaraña,
ya con menos lucidez,
se muda a los ojos,
y  vemos de nuevo,
nuestros rostros,
en la copa de champán,
decrépitos,
tuertos tal vez,
y nos enamoramos...