viernes, 12 de agosto de 2011

Poesía.


Yo te busco,
te busco en mis manos tercas y entre las pulgas de los perros,
te busco, pienso, me doy vueltas, te busco, debajo de los zapatos de algún cantor en la calle,
en los basureros, por medio de los ceda el paso de las carreteras,
Te busco y te llamo a que me hagas compañía,
hoy, sólo hoy,
que tengo desamores que contarte,
y un amanecer que se dió a la fuga,
a medianoche...

Te llamo a que vengas a quedarte unas horas,
y saquemos los minuteros de los relojes,
te busco, te busco a ti, en mí, en la gente,
te busco común y corriente,
cuando me quedo en los andenes,
con un lápiz y un papel vacío al acecho,
te busco y te llamo,
que hace ya bastante tiempo,
que no vienes.

Y por si fuera poco,
te busco en los diccionarios, y en las jergas de los marineros,
en el humo de las chimeneas,
te busco que quiero contarte,
un par de historias que encontré,
en mis bolsillos...
te busco que ya no me sobras
ni te caes de mis labios,
por eso te busco,
en la letra chica
de los pactos de silencio,
que firmamos.

Te busco, como si se acabara el mundo,
en dos segundos,
te busco, con frío y con la frente en alto,
te pido, que vengas un momento,
que te necesito,
cielos, te necesito,
aunque sean las sobras de tus pasos,
te necesito libre y ambulante,
como los comerciantes de la calle,
pero viva, viva, como la lluvia
y viva como la palabra poesía.