miércoles, 29 de septiembre de 2010

Cosas que pasan...

Cuando descubrí que era capaz de desdoblarme pude por fin descansar, me quedaba envuelta en el cobertor hasta las once de la mañana los Lunes mientras la otra parte hacía la fila en el banco, esperando que se desocupe el cajero.  Empecé a ir a las bibliotecas más seguido y a las pistas de patinaje. Era justo lo que necesitaba para hacer una vida normal. Pero como generalmente ocurre en estos casos comenzaron a circular los rumores. Mal y tarde me enteré de que la otra maléfica parte se quedó con mi novio, y que sale a disfrutar con los amigos. Se gasta mi sueldo, vive en mi departamento, y cada Abril viaja de vacaciones al Valle de la Luna, y yo he tenido que ganarme así la vida señor taxista – le dijo acercando el revólver a su sien derecha. 

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